Nuestra vida no puede hacerse al margen del que tengo al lado, dijo el obispo Croxatto.
El 8 de diciembre, Solemnidad de la Inmaculada Concepción, cerramos este año de celebraciones marianas en toda la Diócesis.
El padre obispo Fernando M. Croxatto presidió la Misa en la Virgen del Cerro de Chos Malal en horas de la madrugada. En todas las parroquias de la Diócesis se realizaron caravanas, caminatas y celebraciones Eucarísticas.
Para toda la Iglesia Católica en Argentina, todo este año signado por la pandemia fue justamente un camino de oración de la mano de la Virgen del Valle de Catamarca, para transitar los momentos de mayor dolor e incertidumbre.
En nuestra Diócesis, el padre obispo Fernando M. Croxatto celebró Misa en la Virgen del Cerro de Chos Malal en las primeras horas de la mañana.
Rodeado de muchos jóvenes, niños, niñas y personas de todas las edades que caminaron en peregrinación hacia el Cerro, el obispo Croxatto dijo en su homilía que cuando María escuchó el llamado de Dios “ella supo decir sí para engendrar a Jesús, porque aún en su desconcierto, ella creyó que nada es imposible para Dios”.
“En este año tan duro y de dolor para todos –para los que perdieron el trabajo, para quienes no podían acompañar en la enfermedad a sus seres queridos− nos ha puesto en duda, con un horizonte demasiado cerca y preguntándonos cómo seguir en este momento. Muchos y muchas tuvieron que renovar la esperanza. Y hoy, volviendo a escuchar como María que no hay nada imposible para Dios, venimos a pedirle a la Virgen que nos ayude para que se acabe todo esto y podamos volver a encontrarnos, a trabajar juntos; que interceda ante Dios para que nos de luz y serenidad para seguir caminando.
“También le pedimos a María con fuerza que aprendamos la lección de este año donde tuvimos que aprender a parar porque este bichito que no sabemos de dónde vino, nos tocó a todos, se nos metió y nos tocó la vida y nos desajustó. Qué pequeños somos, ¿no? Qué lindo es tomar conciencia de esto que María llevaba en el corazón que era la humildad”, expresó el obispo y agregó “por eso de este año es bueno aprender la lección de que necesitamos de Dios, que tenemos que caminar como Dios quiere que caminemos. Y una de las lecciones más grandes es que nos necesitamos unos a otros. Nos necesitamos todos y somos responsables unos de otros. Ayudémonos entre nosotros”.
“María tenía conciencia de pueblo, de comunidad. S algo no tenía en el corazón María es esto que se nos ha metido y que la pandemia favoreció, es eso de aislarnos, escondernos, hacer la nuestra, olvidarnos de los que tenemos al lado. María estaba en su casa, sencilla, viviendo y lo que se le propuso no era nada sencillo, porque se le propuso fue que abriera su corazón y su vida para algo que iba a ser un bien para todos, que va a ser la luz del mundo. Dios le dijo que acoja esta vida para todos y ella dijo Sí. Y renunció a tantas cosas que tendría pensadas, por el bien de todos”.
Para terminar, dijo que si esta pandemia nos deja algo claro “es que nos necesitamos todos y que nuestra vida no puede hacerse al margen del que tengo al lado. Tu vida y la mía tienen que responder para bien de los otros. Si somos hijos de María, yo no puedo escaparme de esta lección de ella. No podemos pedirle que nos cubra con su manto y querer taparme yo solo. Por eso, quiero que le pidamos juntos a María que nos de esa conciencia de comunidad, de pueblo, de servir para el bien común, de defender la Vida. Y hoy también le pedimos especialmente que No sea ley la del aborto. Que sea Navidad. Que nazca la vida porque toda vida vale. Toda la Iglesia argentina le pide hoy a María esto porque no hay ninguna vida inútil, ninguno de quienes estamos acá somos inútiles y le damos gracias a María por eso. Porque “estamos juntos en la misma barca”, dijo Francisco. Y yo les pido que juntos y con fuerza le pidamos esta gracia: ayudános a caminar juntos, a construir juntos un pueblo de hermanos, a trabajar juntos y a levantarnos en esta pospandemia entre todos. Y cuando nos demos la paz, miremos al que tenemos al lado, que con la mirada nos abracemos y nos reconozcamos unos a otros”.
Como muestra de la devoción de nuestro pueblo a la Inmaculada Concepción de María se realizaron numerosas caravanas, caminatas y hubo Misa en cada Parroquia y en algunos parajes.
Muchas personas se dieron cita en diversas localidades como: Bajada del Agrio, Piedra del Águila, Quila Quina, Zapala, Paraje Los Hornos, Mariano Moreno, Las Lajas, Andacollo, Chos Malal, San Martín de los Andes, Junín de los Andes, Villa La Angostura, Añelo, Cutral Có y Plaza Huincul. En Neuquén ciudad, cada parroquia celebró con Misa y caravanas.