
Hoy comenzamos Adviento, palabra que en latín significa “venida”. Es el tiempo precioso que la Iglesia nos regala para prepararnos durante cuatro semanas y celebrar la Navidad.
Es el momento de bajar el ritmo de nuestra rutina, silenciar las voces interiores, despertar nuestro corazón y hacer espacio para que Jesús nazca de nuevo en nuestras vidas.
Adviento es el tiempo en que Dios nos interpela renovando Su Llamado de Amor.
En este primer domingo encendemos la luz de la profecía que nos recuerda la predicción de Isaías sobre el nacimiento de Cristo y todas las promesas que Dios nos dio en el Antiguo Testamento, que se cumplirían con el nacimiento de Jesús.
La invitación para estos días es, caminar con el corazón abierto y permitir que la llegada del Señor nos encuentre despiertos y vigilantes. Hacer presente a Jesús en nuestra vida diaria, con pequeños gestos de amor, dirigidos a quienes están a nuestro alrededor.
Es tiempo de cambiar y transformarnos, permitiendo que sea Jesús quien se muestre en nuestra mirada.
Pidamos al Señor que este Adviento, sea para nosotros, para nuestra familia, para nuestra comunidad un camino pleno de fe y luz porque la Esperanza es posible con la llegada del Redentor.




